--He viajado más de veinte horas desde Europa para entrevistar a José “Le catoblepas”, el director de Los Galifardos, el grupo vago-cultural más rupturista de la escena subterránea mundial. Hemos quedado en reunirnos en su casa del Cercado de Lima, a pocas cuadras de la discoteca Las cucardas. Para llegar a esa dirección, he tenido que subirme a un colectivo pequeño que aquí llaman combi asesina. Lima luce hermosamente colorida por los afiches psicodélicos pegados en las calles, pero extrañamente cubierta por un cielo gris. Al bajar del vehículo, mientras la noche cubre ya con su negro crespón, como dice un vals peruano, José aparece de pronto con un negro bembón. Ha venido hasta el paradero para aguardar que los carteristas no me asalten en plena avenida. José es más guapo en persona que en las fotos reportadas a la prensa internacional. Tiene unos ojitos lindos y un rostro rosadito que da ganas de pellizcarlo. La verdad es que como periodista no debería decir estas cosas, pero es imposible contenerme. Al diablo con la ética y la objetividad. José me ha pedido que la entrevista sea en su dormitorio, sobre la King Size rosada que recibe su maltratado cuerpo todas las noches. El negro bembón felizmente nos ha dejado solitos.
José, cuéntame cómo se iniciaron Los Galifardos Este grupo se inició a mediados del 2005. Pero no como Galifardos, sino como Hijos de Baco. Una amiga muy querida, Betzy, tiene un oficio donde escribimos una especie de juramento.
Quiénes estuvieron al inicio. Betzy, Fedra, Jesús y yo. Pero como te repito, todavía no éramos Galifardos.
Y cuándo deciden llamarse Galifardos. Porque recuerdo que también se hacían llamar Carpe Diem. Sí. Ahí empezó todo. El Carpe Diem apareció en febrero del 2005. Un día antes del cumple de Edwards fuimos a beber al Carpe Diem que está en la Av. Venezuela y ahí nace ese nombre. Pero firmamos después un documento como Hijos de Baco. Ya a fines del 2005 nos llamamos Galifardos.
¿Cómo así nace ese nombre? Fue idea de Javier. Esa palabra la escuchamos en clase de Gargurevich, nuestro profesor de periodismo. Javier empezó a tomar con nosotros y ahí acuñó el término en las continuas sesiones de cebada. Entonces cada vez que nos veíamos nos referiamos entre nosotros como Galifardos. Ya estábamos Edwards, Jesús, Javier y yo. Pero hay un galifardo que no ha sido tomado en cuenta. Es Alberto, que estuvo también en las primeras galifardeadas. Luego se retiró, pero es uno de los fundadores.
¿Por qué ahora no figuran Alberto, Betzy y Fedra? Betzy y Fedra estuvieron en la época de Carpe Diem. Por lo que entiendo, Los Galifardos se formaron como una cuestión muy machista. Nunca se pensó en tomar en cuenta a mujeres. Alberto estuvo en los primeros capítulos de nuestra ya afamada película, pero después se abrió. Creo que cambió el arte por las cuentas bancarias.
¿Cómo así fue creándose el mito de Los Galifardos? Con el mejor método publicitario: el boca a boca. No creo que seamos bastante conocidos. Nunca hemos alardeado de eso. O de repente sólo cuando estamos ebrios. Y normalmente Los Galifardos sólo beben entre galifardos. Pero si alguien nos conoce es por la mala imagen que tenemos. Supuestamente alcohólicos, vagos, y de objetivos bastante ociosos.
¿Cuándo comienzan a unirse otros mortales? Hablo de Osito, Richard, Abraham y al último Roxana. Richard se hizo galifardo cuando fuimos a su casa por primera vez. Ahí se coronó como un galifardo a pura sepa. Antes, creo, no lo conocíamos. Abraham fue integrándose en el tiempo en que yo me abrí creo q a mediados del 2006. El amor me alejó de los galifardos un tiempo. Osito entra en la segunda mitad del 2006, cuando dejó de quitarse temprano y empezó a quedarse beber hasta las últimas. De Roxana no me queda claro. Yo nunca he bebido con ella, pero mis fuentes dicen que es brava para empinar el codo y tomar cepillado. Lo que a mi no me queda claro es por qué me sindican como el creador del movimiento. Lo único que hacía era tentar a la gente desde el principio. A veces, me aparecía con un vinito en la clases de Pacheco, nuestro profesor de fotografía, y la gente se apuntaba.
¿Qué tragos prefieren los galifardos? Yo prefiero whisky porque no jode el estómago ni la cabeza. Al inicio éramos puro vino, Punto g, Diablo y sangría. Luego pasamos al ron y después a la chela. Recuerdo que en la casa Ricardo, un amigo de la promoción, hicimos una mezcla de Rompecalzón con conserva de durazno. En general, un galifardo es también aquel que tiene la capacidad de consumir cualquier trago y de soportarlo, saborearlo y dominarlo.
¿Y qué relación tienen con el arte? Siempre todos han tenido inclinación por la literatura, algunos mas q otros. A Osito siempre le ha gustado a la literatura clásica. A Javier, el marxismo y la poesía social y tuvo sus tiempos de poesía amorosa. Con Abraham sucede lo mismo, aunque lee con frecuencia libros que tengan como tema el desamparo. A Edwards siempre le gustó la literatura erótica, quizá porque cultiva la virginidad como un estandarte de la moralidad. También, en algún momento todos tuvimos (y algunos la mantienen) esa fiebre por al crónica periodística. Jesús no es la excepción. A él siempre le gustó la pornografía y su apego al arte nace por las películas.
¿Y tus gustos artísticos? A mí siempre me ha gustado la poesía femenina y la literatura contemporánea. Mi debilidad por lo que llaman acá mariconada viene desde el 2005, cuando empecé a leer a Pizarnick y a Rocío Silva Santisteban. La cereza la puso Carlos Oquendo de Amat con sus 5 metros de poemas. Ahí decidí ser un bisexual reprimido por miedo al dolor.
En persona eres bien tímido, nada radical. Bueno sí. Es por miedo al dolor, no te digo.
Pero sólo es una entrevista. Sí, pero me pones nervioso. Es la primera vez que me entrevistan en mi cama.
Eres un galifardo rosa. No creo. Soy un galifardo a carta cabal. El grupo parece haberme dado la confianza para dirigirlos. Pero todos tenemos ambiciones muy diferentes. Sólo el trago y ocio por el arte nos une.
¿Qué le dirías al mundo entero sobre Los Galifardos? Nada. O les diría: Salud! No somos un grupo de autoayuda para estar dando mensajes al mundo. Peor aún cuando este mundo es una mierda, con el perdón de los lectores. En todo caso, les diría que vivan intensamente la vida, sin ninguna represión, por eso abogo por la pansexualidad.
Gracias por recibirnos, José. No. Gracias a ti por venir de tan lejos a entrevistarme. Y besitos en la ingle a tus lectores.
¿Y para mí? (…)
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El ruido de la cama es casi imperceptible. Luego se intensifica. El cuarto parece retumbar. Suena una canción. Siguen la arrechura de sonidos combinados. Finalmente unos alaridos de fieras salvajes y a bajo volumen otra canción. Ay....
Alberto nuevamente se incorpora a las noches de humo y ron. Lo hemos rescatado de las arcas vacías de los bancos. Ahora está convencido que el neoliberalismo no es lo suyo, sino más bien el marximo galifardiano.